
En la política dominicana abundan las declaraciones desafortunadas, pero algunas superan el límite de lo creíble. Recientemente, Tony Peña Guaba, actual coordinador del Gabinete de Políticas Sociales, ha insistido en una narrativa que solo él parece creer: que está en un tercer lugar en la lista de los presidenciables . Una mentira que no solo carece de fundamento, sino que también insulta la inteligencia, dentro del PRM existen hombres con una trayectoria admirada como funcionarios públicos y con un gran respaldo de los dirigentes y el pueblo dominicano, cosas que les faltan construir al mencionado funcionario.
Rechazamos categóricamente esas declaraciones. No porque sea una postura política, sino porque los hechos —y la percepción ciudadana— simplemente no respaldan su versión. En un país donde las necesidades sociales son urgentes y crecientes, su desempeño ha sido, en el mejor de los casos, invisible. Y en el peor, irrelevante.
¿Cómo es posible que un funcionario con acceso a uno de los gabinetes más importantes del gobierno —el encargado de combatir la pobreza y asistir a los más vulnerables— sea, a la vez, uno de los menos valorados por la opinión pública? La respuesta es sencilla: falta de resultados, exceso de propaganda y una desconexión evidente con la realidad del pueblo.
Lamentablemente, da la impresión de que el amigo Tony no aprendió nada de su padre, el recordado José Francisco Peña Gómez, un líder que vivió y murió luchando por las causas populares. Su legado era de cercanía con la gente, compromiso social y coherencia política. Pero el éxito no es heredado, se construye con trabajo y resultados.
Hay momentos en que el silencio es más digno que una mentira repetida. Y esta, que Tony insiste en sostener que está en un tercer lugar en la lista de los presidenciables, no solo le resta credibilidad, sino que lo distancia aún más de una población que espera menos discursos vacíos y más resultados.
Las mentiras, por más que se repitan, no se convierten en verdad. Y esta es una que solo él se cree.